"The decision to relax rather than to grip even in the face of impatience or fear is a conscious and brave choice" B.K.S. Iyengar

martes, 1 de noviembre de 2011

Dharana en Asana


“¿En qué estás enfocándote? Estás intentando perfeccionar la postura, pero ¿de dónde a dónde? Así es que la cosa se pone dificil.”
Dharana se traduce normalmente como concentración. Deriva de la raíz dhri: llevar, soportar, sostener (cf. Dhara: el que soporta=la tierra; dharanam: soporte, pilar, permanecer, sostener).
La palabra es utilizada en la tradición del Yoga desde tiempos ancestrales. Por ejemplo el Katha Upanisad 6.11 habla de indriyadharana, el sostener (juntos) a los sentidos. En el Yoga Sutra III, 1 Patanjali lo define como “atar a la mente a un lugar”.
Dharana es mucho más que simple concentración en el sentido de contemplar estúpidamente un cierto punto. Hay un cuidado preciso que implica que ni el objeto que es sostenido en la atención, ni el ser de quien lo sostiene se pierda.
En la práctica de Asana según el método Iyengar, la postura específica se transforma en el lugar de la meditación. ¿Qué es Dharana dirgido hacia la postura? Iyengar dice: “Dharana es concentración en un punto. Dhyana es concentración desde ese punto sin perder la fuente: “¿Puedo atender al resto del cuerpo?”
Aquí se dice que Dharana se dirige a ciertos puntos del cuerpo que Iyengar llama fuentes. ¿Qué tipo de puntos son esos y por qué se los llama fuentes? “Si conoces la fuente de cada una de las asanas”, dice Iyengar, “entonces estás muy cerca de la verdad. De otra forma es simplemente un movimiento ramificado.” De esto se desprende que las fuentes de la Asana con esos lugares del cuerpo desde los cuales la verdad de la postura, es decir de la cual realmente es, se puede entender y traer a la forma. Por eso Iyengar a veces, también llama a la fuente el “cerebro” de la Asana, el cerebro siendo el órgano de la la orientación, introspección y acción reflejada. Por medio del “cerebro” o la “fuente” la postura se puede construir con inteligencia y sostenerse de acuerdo a su naturaleza. Cada fuente da a luz no a una parte, sino a un todo que emerge de ella. Así funciona la fuente de Asana. Abre a la postura como a un todo. Si la postura no sale de las fuentes, no se revela completamente en su unidad. En su lugar, solo se mueven partes, de manera aislada. “Es solo un movimiento ramificado”.
¿Dónde están estas fuentes? “En cualquier postura que hagas, la que está en contacto con la tierra o más cerca de la tierra es el cerebro.” Tal y como un edificio solo puede erigirse con cimientos solidos, estar enraizado a la tierra es decisivo para las distintas posturas. El Asana completa surge de esos puntos a través de los cuales al respirar y con el peso de nuestro cuerpo nos unimos al suelo sustentador que nos da estabilidad y la base firme para poder erguirnos o bien relajarnos en Savasana.
Otras fuentes importantes de las posturas son – y esto puede ser sorprendente al principio -los puntos débiles, donde nada ocurre. Solo al enfocar en esas áreas y despertarlas el Asana se puede experimentar fundamentalmente, y eso significa en su totalidad. “Una vez que se conocen las porciones que no trabajan esas se convierten en el cerebro de la postura, la fuente para la acción”
La pauta de las porciones que no trabajan es importante, porque la mera atención dada a ciertos puntos, pone en peligro de olvidarse que otros existen. Esto puede tener consecuencias dolorosas: “Se puede perder los beneficios de lo que se está haciendo porque al enfocar demasiada atención parcial en tratar de perfeccionar la postura. [...] En concentración, uno es propenso a olvidar ciertas partes del cuerpo en tanto y en cuanto enfoca la atención en otras partes. Así es como se obtiene dolor en esas partes del cuerpo. Los músculos desatendidos, pierden su poder y son soltados. Pero uno no sabe que los está soltando, porque son los músculos sobre los cuales se perdió la atención momentáneamente.”
Para evitar este dilema es que Iyengar habla de que aquí es necesario desarrollar una actitud de concentración en esas partes que fueron descuidadas y están en los bordes de nuestro campo de conciencia. Uno debe expandir la atención de las areas que han sido particularmente extendidas sobre el cuerpo entero sin perder la apertura y el estiramiento de la parte extendida.
Al hacer esto, Dharana se transforma ya, en Dhyana.



Extraído de:  Karl Baier-  “Iyengar and the Yoga Tradition” was first published in: BKS Iyengar Yoga Teachers’ Association News Magazine, Glossop, Derbyshire, Winter 1995,
pp. 12-32. Traducido por Juan Manuel Figueroa.