"The decision to relax rather than to grip even in the face of impatience or fear is a conscious and brave choice" B.K.S. Iyengar

miércoles, 26 de enero de 2011

"La Noche Oscura del Alma"

"Cómo aprovechar los tesoros ocultos por la oscuridad del trauma, el sufrimiento y la adversidad".
Un día, nuestra vida, nuestro trabajo, nuestras relaciones, funcionan bien. Nos sentimos satisfechos y en control de nuestras circunstancias. Luego, en minutos, en segundos, o en días, empieza la caída. Tal vez termine nuestra relación de pareja. Tal vez nos despidan del trabajo y no podamos conseguir otro. Tal vez somos traicionados o muera algún ser que amamos. Tal vez tengamos una enfermedad que nos transforma la vida. Y tal vez, todo esto suceda al mismo tiempo. Cualquiera sea el sendero que tome la noche oscura del alma, el hecho es que las reglas que hemos estado siguiendo para hacer que nuestra vida funcione ya no sirven. Hemos perdido el rumbo y ya no somos capaces de confiar en nosotros mismos, en los demás, en lo divino, y ni siquiera en la tierra que pisamos. Estamos en un vacío, en caída libre, y casi no hay nada que pueda consolarnos o a lo que aferrarnos. Hemos sido arrojados a un sufrimiento que parece insoportable, como si fuéramos a explotar o morir en cualquier momento, o como si nunca fuéramos a tener el valor de enfrentar el proximo segundo, y mucho menos el resto de la vida. Y de nuestras profundidades emerge toda una gama de sentimientos extremos que nunca supimos que existían. Nos negamos a reconocer la verdad. Seguimos tratando de que todo funcione, aún cuando en lo profundo sabemos que la vida tal como la conocíamos ya no existe más. Sentimos rabia, ira, hacia los demás, hacia nosotros mismos, hacia nuestro cuerpo, hacia Dios. Y miedo. Terror y pánico que nos hacen estallar el corazón mientras aguantamos a cualquier precio, aún cuando toda apariencia de estabilidad y seguridad es arrastrada por la creciente. Y aparece la depresión. ¿Por qué justamente a mí?, nos preguntamos. Incluso tal vez nos preguntemos si queremos vivir o morir. Nos vemos enfrentados a nuestro lado oscuro, a partes de nosotros mismos y a sentimientos que no nos gustan, que no sabíamos que existían en nosotros y que no deseamos ver. Quizás el peor sentimiento de todos los que experimentamos sea el de desamparo e impotencia, como cuando éramos niños totalmente dependientes de los demás para nuestra supervivencia. En lo profundo, es difícil recordar que la vida no era nada más que ese horrible sufrimiento. Pero cuando realmente recordamos, los recuerdos sólo sirven para deprimirnos más aún, porque esa vida se ha ido para siempre y nuestra sensación es que desde hoy en adelante todo lo que vamos a hacer es sufrir. Con el tiempo, este intenso oleaje de sentimientos y aparente desgracia realmente empieza a amainar, aun cuando sea durante unos minutos por vez, y ya no nos vemos en caída libre sino en el fondo del abismo, vivos todavía, y aún profundamente heridos. De modo que empezamos a mirar a nuestro alrededor para ver qué podemos hacer, y a apreciar lo que nos ha quedado para apreciar. Por ejemplo, un compañero o amigo que ha permanecido junto a nosotros. Las bellezas de la naturaleza. Una buena película. Una palabra amable o una sonrisa de algún transeúnte. Una conexión con el espíritu. Una creatividad que emerge. Abrimos más nuestro corazón, y tenemos compasión por nuestro propio sufrimiento y también por el de los demás. Con suerte, nos damos cuenta de que no somos sólo víctimas de las circunstancias sino que, aún cuando podamos no entenderlo en este momento, existe un significado trascendente para lo que ha sucedido, algo más grande que nosotros que quizás comprendamos alguna vez, o quizás nunca. Tal vez, incluso, tengamos la experiencia de una sabiduría que nos dice que somos más que nuestro cuerpo y que lo que sucede de alguna manera nos está guiando para abrirnos hacia niveles más elevados de nosotros mismos.. Durante este período, aún podemos experimentar emociones extremas, pero también podemos ver el otro lado de la experiencia, más allá del sufrimiento. Queremos alejarnos de éste, pero también llegamos a darnos cuenta de que lo que sucede no está totalmente bajo nuestro control y que sólo hacemos lo que podemos. Entonces debemos entregarnos a una sabiduría más elevada. Tal vez tengamos la esperanza de que saldremos. Quizás no sepamos lo que va a pasar. No importa. Vemos que lo desconocido no es sólo algo que nos da miedo. Lo desconocido está impregnado de potencialidad, e intuimos la posibilidad de emerger lentamente o en una fracción de segundo, en meses o semanas, o de la noche a la mañana. Y en verdad, emergemos desde la oscuridad, estemos curados físicamente o no.

QUE HACER EN MEDIO DE LA OSCURIDAD


Síntesis de lo que la autora sugiere:

1. Deje que fluyan sus emociones, independientemente de su crudeza. Aprenda a expresarlas y a manejarse directamente con las que surgen por sí mismas y/o mediante la ayuda de un terapeuta. (Nota del editor de EN CONTACTO: o con la asistencia de cualquier otra fuente de aprendizaje en la que Ud. confíe que pueda ayudarle, facilitando este proceso).


2. Valore todo lo posible las cosas de su vida, o de la vida de su entorno. Sea agradecido -por la naturaleza, por una buena comida, por el abrazo de un amigo, por un buen libro o película, por su música favorita, por mencionar sólo algunas cosas-.


3. Acepte y entréguese. Haga lo que pueda, y luego suelte, abriéndose a lo que es, y ríndase al proceso, entréguese a la creación universal. Confíe en su propia guía interior y en la guía del universo, y ábrase a ellas a través de este ripo de pasaje. Siga su camino aunque las cosas no mejoren. El solo hecho de aceptar, aunque sea en parte, el lugar en que usted se encuentra, hace que las circunstancias mejoren, porque usted deja de hacer la guerra consigo mismo y vuelve a alinearse con su propósito más elevado. Con el tiempo, en algunas semanas, o en algunos meses o años, tal vez pueda reconocer ese propósito, y que esto ha sido alguna forma de iniciación del alma a un nivel de mayor alineación con el universo, con lo divino.


4. Encuentre ayuda delegando responsabilidad. Cuando se sienta abatido, recuerde que no tiene necesidad de hacer todo usted mismo. Deje los problemas y ansiedades al cuidado del universo, de un poder superior, y confíe en que éste lo ayudará, sob re todo en esas situaciones en las que ha hecho todo lo que puede. (...) Visualización: Además, puede imaginarse poniendo la ira, la desilusión o una enfermedad física, o lo que sea, en una llama cósmica espiritual o simplemente en una llama purificadora, y vea cómo se quema. Deje que se queme y que se transforme en luz -una luz sanadora, amorosa- y siéntase lleno de esa luz. Imagine el apoyo del universo que lo rodea, y que éste lo sostiene. Imagine a sus seres queridos apoyándolo, a usted y a su sanación. Usted es el centro de una rueda de luz y todo el apoyo gira a su alrededor y llega a su interior con brazos de luz. Suelte todo menos esto. (...) Suelte sus expectativas y la necesidad de entender y resolver todo usted mismo. Suelte, déjelo al cuidado del universo, y vea qué sucede después.


5. Permanezca en el momento. No se quede en el pasado, a menos que sea para enfrentar y soltar viejas heridas. Suelte su apego por el pasado. No proyecte hacia el futuro. Es demasiado abrumador, produce angustia y de todos modos es sólo su imaginación.(...) El ahora es, de todas maneras, todo lo que existe, verdaderamente.


6. Perdónese a usted mismo, y si es posible, perdone a los demás.


7. Ayude a otra persona. Salga de sí mismo y ayude a los que pasan necesidad. Haga algo por alguien sin esperar nada a cambio. Trabaje como voluntario o ayude a amigos y familiares. (...) La noche oscura del alma es parte de la condición humana, y, si penetra en la conciencia, puede ser una experiencia de transformación.


Por Alissa Lukara. Traducción de Néstor Latrónico. Publicado en la revista "Uno Mismo", Nº 224, Edición de Argentina.

lunes, 17 de enero de 2011

Principios Generales para las Asanas por Geeta Iyengar


"El yoga tiene un principio, pero no un final". - Geeta Iyengar


El Yoga no es un ejercicio, es una exploración. Las asanas no son poses estáticas, sino un diálogo dinámico con tu cuerpo, dialogo que cambia todos los días. El Yoga no tiene que ver con lograr un resultado como flexibilidad o salud. El Yoga es un camino de vida para profundizar en la “inteligencia” de tu cuerpo. En cada asana buscamos algún grado de “no esfuerzo dentro del esfuerzo”. Esto se consigue con el correcto alineamiento permitiendo que tu cuerpo se soporte cada vez más en su estructura esquelética en lugar de solo esfuerzo muscular, y también a través de un tipo de memoria somática que se adquiere a través de la repetición. Es siempre bueno preguntarse cada vez que te encuentres en una asana, cuanto esfuerzo muscular puedes suprimir manteniendo la postura intacta. Elimina el esfuerzo muscular innecesario. No permanezcas estático en el asana, siente donde te encuentras y haz algo. Constantemente siente donde están tus limites e intenta empujarlos gentilmente. En cada pose, busca un mejor estado, un estado de menor esfuerzo. Cada cuerpo es distinto. Algunos individuos siempre van a ser menos flexibles que otros. Una menor flexibilidad no impide ser un practicante avanzado de yoga. La flexibilidad más importante es la flexibilidad mental y emocional. En el plano físico, lo importante es si puedes ejecutar las acciones y alineamientos necesarios para respirar profundamente en cada asana y si puedes ejecutarla con un esfuerzo cada vez menor. Todos nosotros vivimos en una caja llamada “cuerpo”. La rigidez de nuestros isquiotibiales es solo una de las fronteras o limites de nuestra caja. La práctica del yoga nos permite ampliar las fronteras de nuestra caja, de modo que podamos vivir con un poco más de libertad, con más sensación de comodidad, como viviendo en una caja cada días más grande. Las asanas están diseñadas para tener un efecto físico y mental, que no depende de tu capacidad de flexión en Paschimottanasana, o de si puedes tocar tus dedos del pie en Uttanasana. El aspecto importante del yoga es recibir los beneficios de las asanas en pequeñas dosis diarias durante años. El solo contorsionismo no es yoga, tampoco lo es si practicas yoga sin extender la inteligencia a cada parte de tu cuerpo, o si lo realizas desprovisto de espiritualidad. Lo que hace que sea yoga, no es lo que se hace, sino cómo se hace. Los detalles sutiles de las alineaciones de asanas pueden ser tan numerosos como para hacer imposible concentrarse en muchos de ellos a la vez. Afortunadamente, esto no es necesario ni conveniente. Es perfectamente razonable elegir ciertas alineaciones y concentrarse en ellas durante un determinado período de sesiones prestando menos atención consciente a las demás. Mediante la repetición y la madurez de la práctica, nuestras células profundizan en el aprendizaje y nuestra conciencia se expande por todo el cuerpo, muchas de las alineaciones se producen más o menos espontáneamente o habitualmente sin pensamiento consciente. No vayas a lo más profundo de la postura de golpe. Muévete lentamente y gradualmente hasta tu posición más profunda. A medida que comienzas realizar un asana, siente el primer estadio de tensión o el "limite" al que hayas llegado. Realiza una pausa en ese lugar, y relájate en ese límite. Clarifica tu postura y espera a que las sensaciones de estiramiento, dolor o tensión se eliminen un poco. A continuación, vuelve a profundizar un poco más en la postura hasta que encuentres un nuevo "límite". Pausa de nuevo, respira. Repite este proceso una y otra vez hasta llegar al límite final para ese día en particular, cuando las sensaciones de tensión ya no puedan ser liberadas con más pausas. Después de haber realizado todos los ajustes y acciones que conoces en una asana, es entonces cuando comienza la práctica de ese asana. Necesitas permanecer en la postura el tiempo necesario para suavizar y ablandar cada uno de tus bordes. Resiste la tentación de salir de la postura cuando has hecho todos los ajustes que sabes hacer. Mantén la posición y esperar a que la señal interna te indique que es el momento de salir de la asana. No existe la postura final. Siempre aparecen nuevos límites.Es inútil recomendar tiempos de permanencia en cada asana. La duración depende de tu experiencia, de tu nivel de práctica, de tu nivel de energía de ese día, de la dificultad del asana y de tu constitución personal. 30 segundos en Adho Mukha Svanasana puede ser suficiente para una persona y en cambio pueden ser necesarios 5 minutos para otra persona por su constitución. Es imposible recomendar una duración apropiada para todo el mundo. Permanece en cada pose, tanto tiempo como te sientas integrado, sólido, sublime y cambia a otra postura cuando esas cualidades se desvanezcan. En otras palabras, permanece en cada postura hasta que pierdas la ecuanimidad o tranquilidad. Esto no significa que salgas rápido de un asana porque te sea difícil o incómoda. Solo significa que no debes mantener la postura un tiempo innecesariamente prolongado si has perdido la atención o si no eres capaz de extender tu inteligencia en cada parte de tu cuerpo con claridad. A menudo se desprecia la importancia de las asanas de pie. Las asanas de pie desarrollan fuerza y flexibilidad de las piernas y de la cadera aumentando la movilidad pélvica. Las asanas de pie no son un ritual para principiantes, son el método más seguro y el mejor método para desarrollar la flexibilidad de las piernas (especialmente isquiotibiales) necesarias para las flexiones hacia delante. Si tus isquiotibiales están rígidos, tu pelvis no puede ir hacia adelante impidiendo las flexiones adelante. Si intentas Padmasana con las caderas rígidas, sin rotación externa estás pidiendo tener una lesión en tus rodillas. No debes intentar Padmasana hasta que tengas la adecuada flexibilidad de la cadera, por ejemplo, apoyando las rodillas en el suelo en Baddhakonasana. Esta flexibilidad de la cadera e isquiotibiales se cultiva principalmente por la práctica de las asanas de pie (aunque también hay otras asanas que son útiles). Clásicamente comenzamos cada asana hacia el lado derecho. En cada postura en lugar de ir cambiando de una lado a otro, debes permanecer más tiempo sobre su lado "malo" o menos flexible que sobre tu lado bueno. A medida que aumenta tu inteligencia en el cuerpo, empezaras a sentir más y mejor cual de sus dos lados está mejor en cada asana. Trata de igualar tus dos lados. Como el Sr. Iyengar ha dicho, cuando un lado del cuerpo lo hace mejor que el otro lado, el lado que mejor lo hace tiene que convertirse en el "gurú" del otro. Si alguna parte del cuerpo está dolorido de la práctica de ayer, es bueno volver a trabajar la misma zona con la misma postura, llevándole nueva luz. Para aprender yoga tendrás que soportar un poco de incomodidad, no todo se puede aprender con total comodidad. Sin embargo, el objeto de la práctica del yoga no es causar dolor, sino aliviarlo y lo más importante es prevenir. Incorporar buenos hábitos posturales en tus actividades cotidianas te ayudará en tu practica de yoga y viceversa. Cuando te sientes en una silla, si es posible dobla tus piernas en Sukhasana o Ardha Padmasana. Sentarse con las piernas cruzadas en una silla o en el suelo tanto como te sea posible, te ayudará a la flexibilizar tu cadera. Asegúrate de sentarte en los bordes frontales de tus isquiones, no en la parte posterior de la pelvis, o peor aun sobre los músculos del glúteo. Sentarse sobre tu sacro produce que tu pelvis y tu espalda baja se redondeé colapsando tu pecho. Alarga tu tronco frontal cuando te sientes. Eleva el esternón hacia el cielo. Si tus pies están en el suelo, siéntate en la parte frontal de la silla, manteniendo la curvatura cóncava normal de tu espalda baja. Permite que tus hombros caigan naturalmente hacia abajo, lejos de tus oídos. No es malo usar el respaldo de la silla de apoyo si lo usas correctamente, con las nalgas en la parte posterior de la silla manteniendo la curvatura normal de la lordosis lumbar, en lugar de redondear la zona lumbar. Muchas sillas nos obligan a sentarse a nivel de nuestro muslos, o peor aún, con nuestras rodillas más altas que las caderas. Esto provoca que la pelvis se incline hacia atrás y la espalda baja pierda su concavidad natural. Siéntese sobre una toalla o una almohada para elevar la pelvis si es esto lo que le ocurre. Las extensiones masajean las glándulas adrenales y nos energizan. Son estimulantes emocionalmente. Las flexiones hacia delante son calmantes; son poses para entregarse, para postrarse. Las extensiones son poses de extraversión; Las flexiones son poses de introversión. Una vez que consiga realizar los ajustes principales y más bastos, puede empezar a trabajar en las acciones más sutiles. A veces, una asana puede ser demasiado desafiante para permitirle trabajar en las pequeñas acciones individuales de cada parte del cuerpo. En este caso, es posible que necesite usar soportes o modificar la postura para eliminar algunas de los retos y dificultades que le permitirá trabajar en las pequeñas acciones más concretas. Uno de los grandes regalos del Sr. Iyengar al yoga es el uso minucioso de soportes y modificaciones de la postura. Una vez que se integra estas pequeñas acciones individuales, se puede volver a la postura completa sin apoyos y sin los problemas inherentes de la postura en su conjunto. Saltar juntando y separando los pies es el método clásico para entrar y salir de las posturas de pie. Si decide hacerlo, debe hacerlo con ligereza y aplomo. Saltar ayuda a empezar y finalizar las posturas de pie simétricamente y debe de ser experimentado para ser comprendido. Cuando salta separando las piernas separadas, haga que la acción ocurra en la parte posterior de su cuerpo, brazos y piernas, no con la parte frontal.Expanda su columna vertebral en todas las posturas. No comprima la parte frontal de su cuerpo, especialmente en las flexiones. Esto inhibe la respiración profunda. Al igual que alarga la parte frontal del tronco, también debe alargar la parte posterior de su cuello. No permita acortar la parte de atrás de su cuello en cualquier asana, incluso en la extensión más profunda. En cualquier asana, presiona contra el suelo con cualquier parte del cuerpo que este sobre el suelo, fusiónate con el suelo. Esto incluye, por ejemplo, las espinillas en Ustrasana y las manos y los pies en Adho Mukha Svanasana.Tu respiración debe ser natural en la mayoría de las asanas (algunas como Karnapidasana inevitablemente puede limitar un poco la respiración). Siempre hay una tendencia a suspender la respiración cuando realizamos un cambio de postura. Recuerda respirar en todas las asanas. La inspiración es el momento para alargar la columna vertebral y la espiración es el momento para profundizar la asana. En general, a la salida de un asana se debe inhalar. Manteen tu sistema digestivo tan vacío como sea posible antes de cada sesión. Es imposible recomendar el número de horas entre tu última comida y tu práctica, porque este tiempo va a depender del tamaño de la comida y de la rapidez de tu propio sistema digestivo. Mantener un profundo sentido de humildad te ayudará en tu proceso de aprendizaje de yoga. Es importante recordar que ningún camino o escuela tiene el monopolio de la verdad. Hay excelentes y malos practicantes en todas las escuelas de yoga. Madurez en tu práctica significa respetar los caminos de otras personas y reconocer sus méritos incluso reconociendo que su camino este carente de algunos aspectos.


Traducción realizada por YogaElx.

domingo, 9 de enero de 2011

Amado Nervo - Poemas que Nunca Mueren


Serena tu espíritu


Serena tu espíritu, vive
tu vida en paz.
Si sólo eres sombra que traga
la eternidad,
¿por qué te torturas, por qué
sufrir, llorar?
¿Qué fuiste infeliz una hora?
Pues buscalá…
¿En dónde se encuentra esa hora?
Pasó… ¡no es más!
Tu pobre vivir, malo, bueno,
cayendo va
en un pozo obscuro … Las dichas
¿qué más te dan,
si apenas adviertes un goce
ya muerto está?
¡Serena tu espíritu, vive
tu vida en paz!

Yo no soy demasiado sabio…

Yo no soy demasiado sabio para negarte,
Señor; encuentro lógica tu existencia divina;
me basta con abrir los ojos para hallarte;
la creación entera me convida a adorarte,
y te adoro en la rosa y te adoro en la espina.
¿Qué son nuestras angustias para querer por ellas
argüirte de cruel? ¿Sabemos, por ventura,
si tú con nuestras lágrimas fabricas las estrellas,
si los seres más altos, si las cosas más bellas
se amasan con el noble barro de la amargura?
Esperemos, suframos, no lancemos jamás
a lo Invisible nuestra negación como un reto.
Pobre criatura triste, ¡ya verás, ya verás!
La Muerte se aproxima… ¡De sus labios oirás
el celeste secreto!



Diario Hastinapura - Año 12, Número 64, Septiembre Octubre 2010

martes, 4 de enero de 2011

La Impermanencia: Anitya


“Lo que ha nacido morirá, lo que se ha recogido se dispersará, lo que se ha acumulado se agotará, lo que se ha construido se derrumbará y lo que ha estado en alto descenderá.”
Antes de morir, el Budha preguntó a sus discípulos si tenían alguna última Interrogante que hacerle. Los discípulos permanecieron en silencio. Y entonces, el Budha dijo sus últimas palabras:
“Todas las cosas condicionadas son impermanentes. Busquen sus salvación diligentemente!"
Y esta afirmación, a manera de un legado a sus discípulos y a toda la humanidad, contiene el corazón de su enseñanza. Anitya, es decir: la impermanencia o transitoriedad de todas las cosas.


En el período clásico de la historia del Japón se acuñó el término Aware que significa sensibilidad, sensibilidad ante la transitoriedad de las cosas. El cerezo blanco que florece y declina, las nubes que forman tenues trazos en el cielo y se van, los cantos rodados que el mar envuelve y se lleva, las hojas marrones que en otoño se aferran a los árboles para desaparecer inevitablemente, en fin, la vida misma, breve e inasible, que reverbera sólo fugazmente para eclipsarse en la muerte.


El Budhismo afirma que tanto nuestra realidad interior como la del mundo externo, están siempre en un estado de cambio permanente. La estabilidad, sea en los átomos, en las cordilleras montañosas, o aún en nosotros mismos es una ilusión. Según la doctrina budhista, ninguno de nosotros es física, emocional ni mentalmente la misma persona que éramos hace años. Ni siquiera hace, minutos o un solo instante. Todas las situaciones, todas las entidades, todos nuestros pensamientos y todos nuestros estados de ánimo nacen, generan fuerza, se deterioran y desaparecen. Para el budismo, somos seres cambiantes en un mundo cambiante. Por eso no nos es posible encontrar seguridad permanente ni certidumbre absoluta, incluso en el más próximo futuro.
La muerte no existe. En Occidente no se enseña a morir y tenemos la falsa Idea de que no vamos a morir nunca. Es muy necesario meditar en estos casos más en la muerte. La muerte está en todas partes, cada día muere parte de nosotros y otra es renovada, así vamos perfeccionando, pero quién tristemente se ata al cuerpo y no quiere ver la realidad, haciendo permanente la impermanencia, aplazando aquello que no desea pero que sabe que inevitablemente algún día llegará. El cuerpo es mortal al sentirnos identificados con el cuerpo hace que no queramos desprendernos de él, pero por más empeño que pongamos en mantener con vida aquello que carece de vida, en mantener la confianza en aquello que no la posee y la esperanza donde no la hay, termina atrapado en las redes de una araña como los mosquitos porque la impermanencia está ahí, no podemos detenerla ni prolongarla porque todo ocurre en su momento y no hay más vueltas que dar. Todo es impermanente, sólo lo que carece de existencia es eterno.
Reflexione sobre esto: la percepción de la impermanencia es, paradójicamente, la única cosa a que podemos aferrarnos, quizás nuestra única posesión duradera. Es como el cielo o la tierra. Aunque todo a nuestro alrededor cambie o se venga abajo, ellos se mantienen.
Concluyo el tema con palabras del Maestro Chuang Tzu:

“El nacimiento de un hombre es el nacimiento de su pena. Cuanto más vive, más estúpido se vuelve, porque su ansia por evitar la muerte inevitable se hace cada vez más aguda. ¡Qué amargura! ¡Vive por lo que está siempre fuera de su alcance! Su sed de sobrevivir en el futuro le impide vivir en el presente.”


Tomado de: Colaboradores de Wikipedia, "Budismo," Wikipedia, La enciclopedia libre, http://es.wikipedia.org/wiki/Budismo (descargado el 4 de Noviembre del 2007).