"The decision to relax rather than to grip even in the face of impatience or fear is a conscious and brave choice" B.K.S. Iyengar

martes, 29 de marzo de 2011

El Día Más Importante


Hay dos días en cada semana en los que no nos debemos preocupar. Dos días que se deben guardar libre de miedo y ansiedad. Uno de esos días es ayer. Ayer, con sus equivocaciones y pesares, sus faltas y confusiones, sus dolores, tristezas y deudas pendientes. Ayer ha pasado para siempre, fuera de nuestro control; y ni el dinero del mundo lo podría cambiar ni una cosa que hayamos hecho, ni podemos borrar una palabra. Ayer ya pasó.

El otro día sobre el que no debemos preocuparnos es mañana. Mañana, con sus posibles adversarios, sus problemas, sus promesas grandes y sus pequeños logros. Mañana volverá a salir el sol, ya sea en esplendor o detrás de una máscara de nubes, pero subirá. Hasta que llegue no tenemos parte en mañana, pues aún no ha nacido.

Y solo queda un día: HOY. Cualquiera puede pelear la batalla de un solo día. Cuando nos cargamos con esos horripilantes: Ayer y Mañana, entonces nos derrumbamos. No es la experiencia de hoy que vuelve locos a los hombres, sino la amarga culpa, algo que sucedió ayer, y el miedo de lo que traerá el mañana. Vivamos pues, tan sólo un día a la vez, para ser inmensamente felices. Además, con la felicidad del hoy construiremos la felicidad del mañana.

Autor Desconocido

Este es el día aceptable y el Hoy es el reto más grande que tenemos frente a nosotros. Entonces no lo perdamos.

2 Corintios 6:2. "En el tiempo propicio te escuché, y en el día de salvación te socorrí. He aquí, ahora es el tiempo propicio; he aquí, ahora es el Día de Salvación."

viernes, 18 de marzo de 2011

No me sigas...

Vi una vez una calcomanía en el parachoques de un automóvil que decía: “No me sigas —estoy siguiendo mi dicha”.
¡Que consejo tan bueno! ¿Cuánto más creativa y exitosa sería tu vida si permanecieras fiel a ti mismo en vez de imitar el camino elegido por otros?
En la película de Monty Phyton titulada: La vida de Brian, un maleante durante el tiempo de Jesús elude a los soldados romanos disfrazándose de maestro.
Brian se para sobre una caja en la plaza de la ciudad y comienza a decir palabras de verdad en broma y sin base. Tan pronto como los soldados se van, Brian se dirige hacia los límites de la ciudad, sólo para descubrir que una multitud lo seguía. Pronto, la multitud aumenta de cientos a miles, pidiendo a su maestro que les enseñara.
Finalmente, Brian se vuelve a ellos y le grita:
“Yo no soy su maestro —¡váyanse!”
“¡Pero, maestro!” exclama una voz desde la multitud, “enséñanos cómo irnos”.
Muchos de nosotros hemos dado nuestro poder, nuestras mentes y nuestro dinero a personas quienes creemos que nos pueden decir cómo vivir. Y muchos maestros nos han dado buenos consejos. Mas estos consejos son realmente útiles sólo si resuenan profundamente en nosotros y nos sentimos cómodos con ellos.
De manera que el maestro no nos dio nada que ya no tuviéramos; simplemente nos mostró lo que ya sabíamos.
Un gurú falso es alguien quien se sienta a la orilla de un río a vender botellas de agua del río. Cualquiera puede ir directamente al río y sacar agua sin necesidad de un intermediario.
Hay dos tipos de gurús: quienes tienen a sus alumnos enganchados en agua embotellada y se mantiene aumentando el precio, y quienes enseñan a sus estudiantes cómo sacar su propia agua.
Los mejores maestros son aquéllos quienes dejan de hacer el trabajo.
Hace años me involucré mucho con un maestro que decía estar iluminado. Sus estudiantes lo adoraban más que a las enseñanzas y yo era uno de ellos. Di mi poder a este hombre e hice cambios en mí para ser parte del grupo. Pero cada vez que era parte del grupo, me estaba traicionando a mí mismo.
A la larga un escándalo reveló que el maestro había estado mintiendo a los estudiantes y estaba envuelto en actividades ocultas contrarias a sus enseñanzas. Cuando la mentira se hizo pública, me sentí consternado, defraudado y enojado.
Culpé al maestro por engañarme. Sin embargo, después de un poco de introspección, me di cuenta que yo me había engañado a mí mismo. Si me hubiera mantenido fiel a mí mismo, nunca me hubiera convertido en una de las ovejas.
Entonces comencé a apreciar la experiencia. Me di cuenta de que el propósito de que me involucrara con el maestro no eran las lecciones que daba, sino para aprender a seguir mi espíritu en lugar de a la manada. De repente, todo el proceso fue inmensamente valioso para mí y me reí de ello. Valió la pena la experiencia de aprender cómo respetar mi Ser sagrado más que a la autoridad externa.
Todos tenemos mucho valor y mucha belleza individual para hacer algo común de lo que Dios creó con tanta brillantez inmaculada. Mas la mayoría de las personas pasan la mayor parte de sus vidas tratando de seguir los pasos de otros.
A la larga se frustran y descorazonan, porque no han hecho lo único que les podría proporcionar una recompensa verdadera —vivir con autenticidad.
Emerson declaró: “La imitación es suicidio”.
Tu única guía confiable es tu propia dicha. Dios en ti nunca permitirá que te alejes del camino. El mismo Dios que guió a Jesús, Moisés, Buda, Mahoma y todo gran maestro, te guiará a ti también. No puedes permitirte seguir a un Dios fotocopiado. No te conformes con la verdad de otra persona. Esa persona puede inspirarte, pero debes reclamar tu vínculo directo con Cristo en ti, con Dios.
Si te sientes tentado a llevar a Dios o a la Verdad a otros, ten cuidado. El regalo más grande que puedes dar a otros es la inspiración para que encuentren perfección en sí mismos. El cielo no tiene asientos para los admiradores. No seas uno ni busques uno. Busca la luz y eso es lo que encontrarás. ¿Hay alguna otra cosa que desearías realmente?
Caminamos unos al lado de otros, pero cada uno de nosotros debe seguir su propia verdad. Hay muchos caminos hacia la cima de la montaña; el único que te llevará allí es el que tiene tu nombre.
De modo que tengamos fe en nosotros mismos, tengamos fe en que Dios conoce los deseos de nuestro corazón, aun antes de que los expresemos.
Tenemos la esencia misma de Dios en nosotros, en nuestros corazones y somos merecedores de todo bien. ¡Celebremos juntos esta verdad!
Que nuestras vidas canten con regocijo la canción que Dios ha puesto en nuestros corazones.

Por Marta Brigida

domingo, 6 de marzo de 2011

Namasté


Namasté o Namaskar (नमस्ते) [nāmāsāteā] en hindú y sánscrito;

De la unión de sandhi entre nama y te es una expresión de saludo de Asia del sur originada en India, que se usa de la misma manera que hola y adiós en nuestro idioma. Pero el significado es bastante diferente, sin embargo.
En sánscrito, na refleja una simple negación Maā señala al ego, refiriéndose al "yo" o al "mi". De esta manera nama significa "inclinación, homenaje, saludo reverencial, adoración a la verdad interna del otro", pero no refiriéndose a su ego. Te es el dativo del pronombre personal tvam, "usted". Una traducción literal de namaste es, de este modo, "un saludo reverencial a su interno".
El significado del saludo Namasté, sería bastante similar al otro saludo utilizado ampliamente en la tradición tántrica y yóguica: Om Namah Shivaya. El significado de Om Namah Shivaya sería algo así como: "me postro ante la Presencia de Dios en ti y en mi".


Uso

El gesto usado para reverenciar en Namasté es llevando las palmas abiertas juntas: normalmente al pecho (Pronan Mudra), o un poco más arriba como debajo de la barbilla, debajo de la nariz, o sobre la cabeza. Este gesto es un mudra; una posición simbólica de las manos muy difundida en las religiones orientales. Una mano representa la naturaleza más alta, espiritual, mientras la otra representa el ego mundano. La persona que hace el gesto de unir las dos manos está intentando eliminar sus diferencias con otros, y se conecta con la persona a la que reverencia. La inclinación es una inclinación simbólica de amor y respeto.


Existen muchos significados asociados entre ellos:


  • Lo mejor de mí te saluda.
  • El Dios en mí ve y honra al Dios en ti.
  • Pueda el Dios dentro de ti, bendecirte.
  • Lo divino en mí saluda a lo divino en ti.
  • Veo el bien en ti, porque sé del bien en mí.
  • Yo saludo ese lugar donde tú y yo somos uno.
  • Yo honro al espíritu en ti que también está en mí.
  • Mi energía más alta saluda a tu energía más alta.
  • Te saludo con reverencia no a ti, sino a tu interior.
  • Mi Cristo interior bendice y saluda a tu Cristo Interior.
  • Adoro a tu verdad interna (no refiriéndome a ti como un ego).
  • El espíritu en mí se encuentra identificado con el espíritu presente en ti.
  • Mi saludo reconoce la igualdad de todos, y rinde honor a la santidad e interconexión entre todos, así como a la fuente de esa unión.

Uno de los significados de Namasté que encontré navegando me pareció muy hermoso y digno de ser compartido. Proviene de Dass, Ram (1976).


"Yo honro el lugar dentro de ti donde el Universo entero reside. Yo honro el lugar dentro de ti de amor y luz, de verdad, y paz. Yo honro el lugar dentro de ti donde cuando tú estás en ese punto tuyo, y yo estoy en ese punto mío, somos sólo Uno."


Namasté.