¿Te acordás? Decía el mail que recibí con esta foto que data de abril del 2012, cuando me subí al escenario como el Ingeniero Tarotista, reconociendo públicamente mi aficción por el Tarot.
Y parece un montón de tiempo, y sin embargo hace poquito más de un año.
Y en esta foto se resúmen simbólicamente unas cuantas cosas.
Pararme en Vrksasana (postura del árbol) entre medio del Diablo y la Templanza. El Ángel y el Demonio que todos tenemos dentro y nuestro Ser en medio, tironeado por los dos polos, tratando de enraizarse para poder seguir creciendo como el árbol que hunde sus raíces en lo profundo de la Tierra, pero a la vez eleva su copa al Cielo. Conectando así todo, desde el primero al septimo chakra.
¿Mezclo todo, no? Y si, soy de Piscis, y mi naturaleza es integrar.
Intregrar al Demonio y al Angel, es parte de un proceso evolutivo, ambas cartas vienen después del Arcano XIII (La Muerte), y es un proceso evolutivo que se elige, internarse en lo que hay más allá de la muerte, requiere reconocer todos nuestros aspectos, los más luminosos y los más oscuros. Requiere bucear en lo que hay más alla de la personalidad.
Claramente luego viene la Torre, todo se desmorona, y si, en eso estoy!
Hoy te propongo pararte como el árbol, con los pies firmes en la Tierra, y elevar la conciencia y ver que trae desde arriba. Luego todo se integra en el corazón, en el cuarto centro (Anahata), recordándonos que somos seres que habitan entre medio del Cielo y La Tierra (El Ángel y el Demonio), que nuestro punto de equilibrio se encuentra ahí. ¿Y de qué se trata ese centro? De Amar, nada más ni nada menos.
Y si, soy de Piscis.
Buen martes a todos!
