"The decision to relax rather than to grip even in the face of impatience or fear is a conscious and brave choice" B.K.S. Iyengar

miércoles, 28 de julio de 2010

Hábitos Occidentales






La exigencia, arraigada como un hábito entre los occidentales, muchas veces amenaza nuestra integridad durante la práctica que, suponiéndose intensa, correctiva y relajante, logra el efecto opuesto lesionándonos, excitando nuestro sistema nervioso y dejándonos aún más desconectados. A continuación, una síntesis de un artículo del Yoga Journal escrito por Bo Forbes, profesora y psicóloga.



Como transformar hábitos negativos

Muchas veces durante las clases, los profesores observamos entre el grupo de alumnos a aquellos que intentan cada ásana al extremo, que completamente disociados, traccionan más y más haciendo oídos sordos a las correcciones y ajustes: sólo la lesión o el cansancio profundo del sistema nervioso los hará tomar conciencia del daño potencial de instalarse en estos ciclos destructivos.
Mientras tanto, la posibilidad de contacto se aleja más y más: tranquilizarse y habitar la práctica de un modo más relajado quizás sean las claves para lograr mayor sensibilidad, conciencia y crecimiento.
Como psicóloga, soy consciente de que el comportamiento repetitivo que los alumnos exhiben durante la clase se originó hace mucho tiempo atrás: la clase es el lugar donde podemos ser testigos de nuestros hábitos más arraigados. Según la filosofía del Yoga, nacemos con una herencia kármica de modelos emocionales y mentales -los samskaras –alrededor de los cuales giramos una y otra vez durante nuestras vidas.
La palabra samskara deriva del sánscrito (sam: completo o unido y kara: acción, causa o
hacer). Además de ser modelos generalizados, los samskaras son impresiones, ideas o acciones individuales; tomadas en conjunto, nuestros samskaras forman nuestro condicionamiento. Repetir samskaras los refuerza, creando una rutina difícil de resistir o romper. Los samskaras pueden ser positivos – imaginen la acción desinteresada de la Madre Teresa; y pueden ser negativos, como en los modelos mentales auto-lacerantes que fundamentan la baja auto-estima y las relaciones auto-destructivas. Los samskaras negativos son los que inhiben nuestra evolución positiva.
El samskara es universal y es uno de los elementos que definen la condición humana.
Debemos admitir que somos criaturas de hábito y que los lugares físico, emocional y mental hacia los cuales tendemos son las bien conocidas galaxias de los samskaras negativos. Sin embargo, el Yoga Sutra (II.16) establece, “Heyam duhkham anagatam”, o “Se debe evitar el dolor futuro”. Suena simple pero, cómo podemos hacerlo?
El yoga (que genera introspección a través del cuerpo físico) y la psicología (que examina lo emocional) usados en conjunto pueden ser muy efectivos en la batalla contra los samskaras negativos. Entretejiendo estas dos filosofías sanadoras he logrado construir esta guía que especifica siete pasos para transformar samskaras.

Paso Uno: Sankalpa (Intención)

La modificación de los samskaras no es un proceso accidental. En la lucha por crear samskaras saludables el sankalpa es lo que Joseph Campbell denominó “llamado al despertar”. El sankalpa une nuestra mente con nuestras partes más profundas a las que nos es tan difícil acceder. El uso consciente del sankalpa es una forma precisa de comunicar aquello que deseamos a nuestros cuerpos emocional y espiritual.
Al principio de la práctica podemos proponernos un sankalpa (no violencia, conciencia de al respiración, o algo más personal). Cualquiera sea la forma que tome esta intención, establecerla concientemente antes de comenzar la práctica galvaniza nuestros recursos internos y los alinea con la energía de cambio. El sankalpa actúa como un sutra o “hilo” que hilamos durante la práctica y más allá de la misma. Pero, necesitamos más vapor para movernos…

Paso Dos: Tapas (Intensidad)

El vapor lo provee tapas (intensidad, perseverancia, calor). Tapas es la intensidad que enciende nuestro proceso psicológico y nos ayuda a sostener la disciplina requerida para el cambio. El caer en viejos hábitos, por más insalubres que sean, puede percibirse como alivio a corto plazo. Pero cada vez que intentamos evitar la repetición de un samskara particular, esa acción retiene una energía concentrada en nuestro interior. Esa energía ventila la llama de la conciencia despertando nuestra sabiduría interior. La intensidad por sí sola, sin embargo, puede ser una forma de samskara negativo; entonces, es importante atemperar tapas con inteligencia.
Creamos tapas al comprometernos con el trabajo cotidiano de nuestra práctica de samskara; este tipo de trabajo puede variar desde la práctica de ásanas, meditación, etc. También generamos tapas absteniéndonos de pensamientos, emociones y comportamientos negativos: esto incluye ser conscientes de nuestros samskaras y de evitar su atracción. Pero una vez que combinamos la intención con tapas, ¿cómo logramos evitar repetir las respuestas veloces que activan los viejos samskaras?

Paso Tres: Shani (Lentitud)

Los samskaras son instintivos y pueden ser activados repentinamente. Pero si reaccionamos impulsivamente sólo los fortificamos, haciéndolos más irresistibles; como los atletas observan videos en cámara lenta para detectar movimientos y mejorar el rendimiento, shani (lentitud) puede alargar el intervalo entre el impulso y la acción, lo cual permite una mayor reflexión y nos ayuda a detectar si las acciones provienen de viejos samskaras. En Adho Mukha Svanasana, por ejemplo, si somos flexibles en los hombros y espalda pero más rígidos en las caderas y piernas, instintivamente tenderemos a explotar esa flexibilidad y empujar al máximo los hombros, la espalda y las costillas, dejando la parte baja del cuerpo dormida. Trabajando con mayor lentitud y sosteniendo la postura por más tiempo nos permitirá tomar conciencia de ese modelo de movimiento. Entonces podremos levantar los hombros para despertar la región baja y explorar qué está pasando en esa zona. Al principio encontraremos rigidez o resistencia: las sensaciones desagradables a menudo nos conducen a mucho material. Podemos conocer nuestros modelos de movimiento, nuestras emociones o recuerdos atrapados en nuestras zonas rígidas. ¡Imaginen todo lo que podríamos aprender llevando esta actitud reflexiva a la vida cotidiana!
Cuando lentificamos nuestros movimientos comenzamos a intuir dónde el cambio es más auténtico, comenzamos a llevar la mirada hacia adentro.

Paso Cuatro: Vidya (Conciencia)

Vidya (conciencia o ver claramente) es aquello que entrena a nuestros sentidos en los mundos paralelos de la anatomía, la psicología y el espíritu. Es donde enraízan los samskaras. Como un láser, ilumina estos mundos, ya sean hechos de tejido, aponeurosis y fluido o de pensamiento, emoción e impulso. Vidya nos permite reconocer nuestros pensamientos, comportamientos y movimientos como samskara. Provoca nuestra habilidad para cuestionarnos inteligentemente. De “¿Porqué me está pasando esto a mí?”evolucionamos a preguntas más profundas como “¿qué tiene para decirme este modelo?” Sin embargo, el conocimiento intelectual no viaja más allá de la mente y casi nunca se traduce en cambio. Como el cuerpo aloja nuestra inteligencia emocional, es posible que no asimile ese conocimiento. El Yoga actúa a través del cuerpo, llevando vidya a niveles aún más profundos. A través del yoga, integramos y experimentamos desde el cuerpo y la emoción lo que intelectualmente sabemos que es verdadero.
Aún, la introspección no es suficiente para liberarnos de viejos samskaras. En general hay un momento en que estamos listos para el cambio e igualmente nos encontramos cautivos de una fuerza invisible. ¿Qué es esa fuerza invisible? ¿Por qué nos paraliza cuando estamos por avanzar?

Paso Cinco: Abhaya (valentía)

Parte del señuelo de los samskaras viejos es la creencia de que “más vale malo conocido que bueno por conocer”: tendemos a preferir lo familiar a lo desconocido. El samskara es atractivo de por sí: como un mago nos hipnotiza con repeticiones interminables de un modelo mientras esconde sordamente los miedos, necesidades y creencias que yacen detrás de él.
Para cambiar samskara se requiere de valentía. El coraje nos ayuda a enfrentar lo desconocido. Cuando terminamos una relación destructiva, por ejemplo, podemos estar preocupados por encontrar a otra persona. Pero al mismo tiempo, sin la distracción de la relación, enfrentamos temas más profundos como el sentimiento de vergüenza o desvalorización que nos puede haber llevado a esa relación. A través de Abhaya, aprendemos a tolerar las sensaciones desagradables, como el dolor, dejándolas pasar sin recurrir a la comodidad de los viejos samskaras.

Paso Seis: Darshana (visión)

Una vez examinadas las raíces de nuestros modelos, debemos finalmente crear un nuevo samskara. Para ello necesitamos visualizarlo. Aquí es donde darshana (visión) entra en juego. Cuando visualizamos un nuevo modelo, debemos darle más fuerza vital que al anterior. Necesitamos convencernos de que es real. Utilizamos nuestros sentidos y emociones para crearlo: ¿cómo se ve?, ¿cómo huele?, ¿cómo se siente? Cuanto más lo visualicemos (y experimentemos) más real y predominante se vuelve.
Haciendo lugar dentro del cuerpo durante la clase de yoga, generamos libertad en la mente; esta libertad puede generar nuestra creatividad, ayudándonos a encontrar una elección ilimitada de modelos más saludables. A menudo durante Savasana sugiero a mis alumnos que creen el recuerdo de libertad y espacio en los lugares (físico, emocional o mental) donde antes había tensión. Este recuerdo será el origen de la transformación.

Paso Siete: Abhyasa (Práctica)

Cuando comenzamos a utilizar un nuevo modelo, o en tiempos de stress, la atracción de los viejos modelos es más fuerte. Abhyasa (práctica) nos ayuda a hacer que nuestro nuevo samskara sea más poderoso que el viejo; cuanto más lo reforcemos más fuerte se hará. Para evitar esa atracción, debemos comprender los disparadores de nuestro retroceso y retornar a nuestra práctica. Es un buen momento para preguntarnos “¿cómo podría ser mi práctica más reflexiva?”, “¿qué elemento debería trabajar?” “¿qué es lo que me lleva a desbarrancarme?”
Como en las cuentas de un mala, cada modelo nuevo de samskara se construye sobre el anterior. Estos elementos en conjunto, como todo el mala, se convierten en un instrumento para la práctica espiritual.

Hacia Nuevos Territorios
Todo modelo, incluyendo un samskara, representa un orden. Cuando dejamos un modelo viejo atrás, entramos en un espacio liminal – un bardo en términos tibetanos. Como el espacio entre una exhalación y la siguiente inhalación, este lugar está repleto de posibilidades ilimitadas para nuevas elecciones.
Este espacio intermedio puede ser perturbador. Generalmente resistimos nuevos modelos por el miedo a perder la identidad que construimos con tanta dedicación. Y es cierto que cuando cambiamos viejos modelos, atravesamos un renacimiento que se dirige a una nueva encarnación, a una versión más evolucionada del ser. Entonces, al mejorar nuestro samskara nos acercamos a nuestra verdadera naturaleza, que es el objetivo del yoga. Samskara también se define como un proceso de perfeccionamiento. Modificar samskara, entonces es un proceso de limpieza mediante el cual descartamos los modelos negativos para iluminar la pureza del alma. Como alquimistas en nuestra propia transformación, estamos constantemente refinando y dirigiendo nuestro samskara a diseños más saludables. La buena noticia es que la habilidad para cambiar nuestros modelos, una vez plantadas las semillas, se auto-genera, auto-renueva y auto-abastece. Cuando somos lo suficientemente pacientes como para facilitar el proceso orgánico del samskara, honrando su sonido interior y su ritmo lento, el cambio simplemente fluye. Y es un regocijo probar, en su forma natural, la recompensa de todo este trabajo: saborear la dulzura del logro.


Traducido y adaptado por Sonia Khoury Biraben

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