"The decision to relax rather than to grip even in the face of impatience or fear is a conscious and brave choice" B.K.S. Iyengar

viernes, 21 de mayo de 2010

Pranayama


Existe la idea equivocada de que las asanas y el pranayama deben practicarse al mismo tiempo a partir de que se inicia la práctica de yoga. Según la experiencia del autor, si un principiante se concentra en perfeccionar las posturas, no puede concentrarse en respirar. Pierde el equilibrio y la profundidad de las asanas. Hay que lograr estabilidad (sthirata) y quietud (achalata) en las asanas antes de introducir las técnicas de respiración rítmica. El rango de movimientos corporales varía de una postura a otra. Cuanto menor es el rango de movimiento, menor será el espacio dentro de los pulmones y el patrón de respiración será más breve. Cuanto mayor sea el rango de movimiento corporal en las asanas, mayor será la capacidad pulmonar y más profundo el patrón de inhalación-exhalación. No debe iniciarse el pranayama hasta no haber perfeccionado las posturas. Uno mismo se da cuenta de que, cuando las asanas se ejecutan bien, la respiración rítmica y profunda del pranayama aparece de manera automática y natural. Ya dijimos que prana significa “aliento, respiración, vida, vitalidad, energía o fuerza”. Cuando se usa en plural se refiere a ciertos vientos vitales o corrientes de energía (pranas o prana-vayus). Yama significa “control, restricción, regulación”. Ayama significa “estiramiento, extensión, expansión, largo, ancho, prolongación”. Así, pranayama es la prolongación y regulación de la respiración. En el Shiva Samhita, otro importante texto del yoga, se usa otro término y se habla de vayu sadhana (vayu = viento o respiración; sadhana= práctica, búsqueda). En los Sutras del yoga , Patanjali describe el pranayama como la entrada y la salida controladas de la respiración en una postura firmemente establecida (Cap. 2, sutras 49-51): “El pranayama es la regulación consciente y deliberada de la respiración, que reemplaza las formas inconscientes de respiración. Sólo es posible si se alcanza cierto dominio en la práctica de asanas [posturas físicas]” (II-49). “Comprende la regulación de la expiración, la inspiración y la suspensión de la respiración. La regulación de estas tres fases se realiza modulando su duración y manteniendo esta modulación durante cierto tiempo. La mente debe centrarse en este proceso. Los componentes de la respiración deben ser, a la vez, largos y uniformes” (II-50). “Entonces la respiración trasciende el plano de la conciencia” (II-51). “La práctica regular de pranayama disminuye los obstáculos que inhiben la clara percepción” (II-52). Y el resultado es que “La mente está preparada ahora para ser dirigida hacia determinado objetivo” (II-53). Por eso es que el pranayama es la antesala de las últimas etapas del yoga, de acuerdo con el sistema ashtanga yoga: la concentración (dharana), la meditación (dhyana) y la liberación o unión (samadhi). El pranayama es un arte y sus técnicas ayudan a los órganos respiratorios a moverse y expandirse de manera intencional, rítmica e intensa. Consiste del flujo sutil, largo y sostenido de la inhalación (puraka), la retención (antara kumbhaka), la exhalación (rechaka) y la suspensión (bahya kumbhaka) de la respiración. Puraka estimula el organismo; rechaka elimina el aire viciado y las toxinas; kumbhaka distribuye la energía por el cuerpo. Los movimientos incluyen la expansión horizontal (dairghya), la ascensión vertical (aroha) y la extensión circunferencial (vishalata) de los pulmones y de la caja torácica. Esta respiración disciplinada ayuda a la mente a concentrarse y permite que el sadhaka obtenga salud, vigor y longevidad. El pranayama es la prolongación consciente de la inhalación, la exhalación y la retención. La inhalación es el acto de recibir la energía primordial bajo la forma de la respiración y la retención nos permite saborear esa energía. La exhalación vacía todos los pensamientos y emociones junto con el aire-aliento; entonces, cuando los pulmones están vacíos, durante la suspensión, uno entrega la energía individual, el “yo”, a la energía primordial, el Atma.
El pranayama no es tan sólo una respiración habitual automática para mantener el cuerpo y la mente unidos. Gracias a la abundante absorción de oxígeno que se logra con las distintas técnicas, ocurren ciertos cambios químicos sutiles en el cuerpo del practicante. La práctica de asanas elimina los obstáculos que impiden el libre flujo del prana y la práctica del pranayama regula el flujo del prana por todo el cuerpo, así como los pensamientos, deseos y acciones del practicante. La práctica de pranayama fomenta la estabilidad y la concentración mental, el buen criterio, brinda aplomo y la enorme fuerza de voluntad necesaria para lograr el dominio de uno mismo.


B.K.S. Iyengar Light on Pranayama. The yoguic art of breathing, Crossroad Publishing, Nueva York, N.Y., 1998, pp. xxiv + 294.

No hay comentarios:

Publicar un comentario