“¿En
qué estás enfocándote? Estás intentando perfeccionar la postura,
pero ¿de dónde a dónde? Así es que la cosa se pone dificil.”
Dharana
se traduce normalmente como concentración. Deriva de la raíz dhri:
llevar, soportar, sostener (cf. Dhara:
el que soporta=la tierra; dharanam:
soporte, pilar, permanecer, sostener).
La
palabra es utilizada en la tradición del Yoga desde tiempos
ancestrales. Por ejemplo el Katha Upanisad 6.11 habla de
indriyadharana, el sostener (juntos) a los sentidos. En el Yoga Sutra
III, 1 Patanjali lo define como “atar a la mente a un lugar”.
Dharana
es mucho más que simple concentración en el sentido de contemplar
estúpidamente un cierto punto. Hay un cuidado preciso que implica
que ni el objeto que es sostenido en la atención, ni el ser de quien
lo sostiene se pierda.
En
la práctica de Asana según el método Iyengar, la postura
específica se transforma en el lugar de la meditación. ¿Qué es
Dharana dirgido hacia la postura? Iyengar dice: “Dharana es
concentración en un punto. Dhyana es concentración desde ese punto
sin perder la fuente: “¿Puedo atender al resto del cuerpo?”
Aquí
se dice que Dharana se dirige a ciertos puntos del cuerpo que Iyengar
llama fuentes. ¿Qué tipo de puntos son esos y por qué se los llama
fuentes? “Si conoces la fuente de cada una de las asanas”, dice
Iyengar, “entonces estás muy cerca de la verdad. De otra forma es
simplemente un movimiento ramificado.” De esto se desprende que las
fuentes de la Asana con esos lugares del cuerpo desde los cuales la
verdad de la postura, es decir de la cual realmente es, se puede
entender y traer a la forma. Por eso Iyengar a veces, también llama
a la fuente el “cerebro” de la Asana, el cerebro siendo el órgano
de la la orientación, introspección y acción reflejada. Por medio
del “cerebro” o la “fuente” la postura se puede construir con
inteligencia y sostenerse de acuerdo a su naturaleza. Cada fuente da
a luz no a una parte, sino a un todo que emerge de ella. Así
funciona la fuente de Asana. Abre a la postura como a un todo. Si la
postura no sale de las fuentes, no se revela completamente en su
unidad. En su lugar, solo se mueven partes, de manera aislada. “Es
solo un movimiento ramificado”.
¿Dónde
están estas fuentes? “En cualquier postura que hagas, la que está
en contacto con la tierra o más cerca de la tierra es el cerebro.”
Tal y como un edificio solo puede erigirse con cimientos solidos,
estar enraizado a la tierra es decisivo para las distintas posturas.
El Asana completa surge de esos puntos a través de los cuales al
respirar y con el peso de nuestro cuerpo nos unimos al suelo
sustentador que nos da estabilidad y la base firme para poder
erguirnos o bien relajarnos en Savasana.
Otras
fuentes importantes de las posturas son – y esto puede ser
sorprendente al principio -los puntos débiles, donde nada ocurre.
Solo al enfocar en esas áreas y despertarlas el Asana se puede
experimentar fundamentalmente, y eso significa en su totalidad. “Una
vez que se conocen las porciones que no trabajan esas se convierten
en el cerebro de la postura, la fuente para la acción”
La
pauta de las porciones que no trabajan es importante, porque la mera
atención dada a ciertos puntos, pone en peligro de olvidarse que
otros existen. Esto puede tener consecuencias dolorosas: “Se puede
perder los beneficios de lo que se está haciendo porque al enfocar
demasiada atención parcial en tratar de perfeccionar la postura.
[...] En concentración, uno es propenso a olvidar ciertas partes del
cuerpo en tanto y en cuanto enfoca la atención en otras partes. Así
es como se obtiene dolor en esas partes del cuerpo. Los músculos
desatendidos, pierden su poder y son soltados. Pero uno no sabe que
los está soltando, porque son los músculos sobre los cuales se
perdió la atención momentáneamente.”
Para
evitar este dilema es que Iyengar habla de que aquí es necesario
desarrollar una actitud de concentración en esas partes que fueron
descuidadas y están en los bordes de nuestro campo de conciencia.
Uno debe expandir la atención de las areas que han sido
particularmente extendidas sobre el cuerpo entero sin perder la
apertura y el estiramiento de la parte extendida.
Al
hacer esto, Dharana se transforma ya, en Dhyana.
Extraído de: Karl Baier- “Iyengar and the Yoga Tradition” was first published in: BKS Iyengar Yoga Teachers’ Association News Magazine, Glossop, Derbyshire, Winter 1995,
pp. 12-32. Traducido por Juan Manuel Figueroa.