La palabra yoga deriva de la raíz
sánscrita yuj, que significa unirse o unión. El objetivo de todos
los yogas es vincular al hombre, lo finito con el infinito, con la
Conciencia Cósmica, con la Verdad, con Dios, con la Luz, o como
quiera llamarse a la última realidad. El yoga, como dicen en la
India es un matrimonio del espíritu con la materia.
El yoga tuvo su origen en la India,
hace miles de años. Según el profesor Max Müller, tiene unos seis
mil años de edad, pero otras fuentes dan a entender que es aún
mucho más antiguo. Suele llamarse “Padre del yoga” a Patanjali,
que vivió hacia el año 200 a. de C., porque fue el primero que
redactó por escrito lo que hasta entonces había sido comunicado
verbalmente por los maestros o gurús a sus discipulos o chelas.
El yoga tiene numerosas ramas o
divisiones, pero el objetivo de todas ellas es el mismo, conseguir la
unión con la Conciencia Suprema. Así por ejemplo, en el Karma Yoga
esto se logra en virtud del trabajo y de la acción; en el Jnana (o
Gnani) Yoga a través del conocimiento y del estudio, en el Bhakti
Yoga por la devoción y el amor desinteresado, en el Mantra Yoga por
medio de la repetición de ciertas invocaciones y sonidos
espirituales. El Raja Yoga (Yoga Real) es el Yoga de la conciencia,
es decir, la más alta forma del yoga. Su práctica generalmente
empieza con el Hatha Yoga, que proporciona al cuerpo la salud y
fuerza que necesita para resistir la dureza de otras etapas de
enseñanza más avanzada.
El Hatha Yoga es el yoga del bienestar físico. Consta de diversas
etapas y va precedido del Yama-Niyama, las 10 reglas del Código Yoga
de moralidad. La primera etapa se llama asana o postura, la segunda
es el Pranayama o control de la respiración, la tercera es el
Pratyahara o control de los nervios, la cuarta es el Dharana o
control de la mente, la quinta es el Dhyiana o meditación, y la
última es el Samadhi, que es el estado de bienaventuranza última y
de iluminación espiritual. En rigor, las cuatro últimas etapas del
Hatha Yoga entran ya en el reino del Raja Yoga.
Yoga Iyengar
Este Yoga debe su nombre al Maestro
Yogacharya Sri B.K.S. Iyengar, nacido en 1918 y que enseña
actualmente en su Instituto de Pune (India).
Su método de práctica pone el acento
en la implicación de la mente y la inteligencia en la realización
tanto de asanas como de pranayama o pratyahara. Se trata de aprender
y cultivar la actitud de implicación total de la mente y la
inteligencia en las posturas y los ejercicios respiratorios.
Esta actitud se desarrolla mediante la
observación simultánea y constante de todos los movimientos y
detalles técnicos que componen una postura o un ejercicio
respiratorio, pero manteniendo al mismo tiempo la pasividad completa
del cerebro y de sus órganos de expresión (fundamentalmente ojos y
oídos), y el control de la respiración.
La intensidad de esta penetración
mental en cada asana y pranayama es la característica principal del
Yoga IYENGAR y la garantía de que se trata de un camino de
transformación interior.
LA CONTRIBUCIÓN DE B. K. S. IYENGAR AL
YOGA
Iyengar ha escrito exhaustivamente
sobre todos los principales aspectos del Yoga, ha sistematizado más
de doscientas técnicas de asana y pranayama, descubriendo los
principios anatómicos en los que se basa.
Hay quien define el Iyengar como el
Yoga de la perfección ya que busca la perfección total de las
posturas o asanas para obtener el equilibrio total.
Se le considera un experto en la
yogaterapia, es decir el tratamiento de distintas patologías con la
técnica del yoga.
B.K.S. Iyengar ha logrado además una
nueva perspectiva en la práctica de asana (postura) y dhyana
(meditación). El concepto de meditación en la acción es una de las
claves de su trabajo. La meditación es estar totalmente consciente y
absorto en la postura que se realiza. Esta consciencia obtenida
mediante la meditación en la acción se proyecta en la vida
cotidiana.
” EL yoga es una forma sistemática
de enseñar al hombre a ir con meticulosidad y eficacia en pos de la
divinidad que se halla en su interior. Desentraña al hombre desde el
cuerpo externo hasta el si-mismo interior. Avanza pasando del cuerpo
a los nervios, y de los nervios a los sentidos. Desde los sentidos se
adentra en la mente controladora de las emociones. Desde la mente
penetra en el intelecto que guía la razón. Desde el intelecto, su
senda conduce a la voluntad, y de ahí a la conciencia al Si -mismo,
su ser autentico (Atman )
Así, el yoga conduce al sadhaka
(practicante ) desde la ignorancia al conocimiento, desde la
oscuridad a la luz, y desde la muerte a la inmortalidad. ”
B.K.S.IYENGAR
Esta rama del Yoga se caracteriza por
la precisión en la adopción de las posturas. Los ajustes sutiles y
meticulosos que se realizan en la alineación corporal permiten
conseguir el equilibrio con menos esfuerzo muscular y más
estabilidad.
La precisión técnica del Iyengar Yoga
implica en la ejecución:
. Un correcto posicionamiento del
cuerpo, con intensidad de acción (garantía de salud).
. Una actitud de observación
permanente de dicha acción, con intensidad de percepción
(implicación mental aguda).
. Relajación de los nervios, aun en la
acción y percepción intensas (calma e introversión de los órganos
de los sentidos).
EL IYENGAR TERAPÉUTICO
La rama Iyengar también considera el
Yoga como un recurso terapéutico e integra en su práctica los
diferentes aspectos de la existencia (física, emocional, mental y
espiritual). Existen series de posturas beneficiosas para diferentes
trastornos o enfermedades como dolor de espalda, insomnio,
hipertensión arterial, ansiedad, hipertiroidismo, etc.
“El sisya (discípulo) debe poseer,
por encima de todo, tesoro, moderación y humildad. El amor engendra
valor, la moderación crea abundancia y la humildad genera poder.
Valor sin amor es brutalidad. Abundancia sin moderación conduce a la
excesiva autoindulgencia y a la degeneración. El poder sin humildad
da origen a la arrogancia y la tiranía. El auténtico sisya aprende
de su gurú (maestro) un poder que ya no le abandonará nunca más,
pues está regresando al Uno Original, a la Fuente de su Ser” (Yoga
cien por cien, Editorial Miguel Ariman
Por fin Iyengar considera el Yoga un
arte, ha perfeccionado y enseñado su presentación artística.
Buscando la estética de las posturas, su belleza, armonía y
gracilidad, ha logrado escribir poemas físicos del alma, así ha
inspirado a incontables personas a la práctica del Yoga.
El yoga no es una religión por lo que
el practicante de yoga puede tener cualquier religión o carecer de
ella.
Los yoguis consideran el cuerpo humano
como un templo de la luz, por lo tanto, debe perfeccionarse lo más
posible.
Las posturas de yoga y los ejercicios
de respiración y relajación pueden ser practicados por cualquiera
que quiera mejorar su estado físico o mental. No se necesita
penetrar en las etapas más avanzadas de ésta disciplina.Las asanas
del yoga constituyen un arte que se aplica a la anatomía del cuerpo
viviente. El objetivo de las posturas de yoga no es simplemente el
desarrollo superficial de los músculos. Estas posturas tienden a
normalizar las funciones del organismo entero, regulando los procesos
involuntarios de la respiración, circulación, digestión,
eliminación, metabolismo, etc., y afectando al funcionamiento de
todas las glándulas y órganos, así como el sistema nervioso y a la
mente. Esto se consigue gracias a la respiración profunda y
practicada mientras el cuerpo adopta diversas posturas. Cada uno de
éstos ejercicios produce un efecto total diferente en las relaciones
funcionales dentro del organismo. De aquí que el yoga pueda influir
en los valores físicos, mentales, morales y espirituales del hombre.
El yoga dá una importancia singular a la filosofía del ejercicio.
Todas las potencialidades individuales son elevadas y el hombre
consigue equilibrio y energías con la práctica de las asanas,
algunas de las cuales están ideadas imitando los movimientos de
distintos animales. En el yoga la relajación se considera cono un
arte, la respiración como una ciencia y el control mental del cuepo
como un medio para armonizar el cuerpo, la mente y el espíritu.
No hay comentarios:
Publicar un comentario