La práctica de yoga probablemente pasa por los períodos de las gunas, oscilando entre tamas y rajas, y cada tanto — con suerte: un día de sattva. Dediquemos una práctica a las gunas. Tengamos en cuenta, en cada postura que hacemos, cómo cada una de las gunas se expresa. Determinar la guna dominante y alentar a sus compatriotas sentadas al margen a unirse a la partida.
El tri sánscrito, etimológicamente se relaciona con la palabra "tres". Los Yoguis son terriblemente aficionados a las listas numeradas y tres desempeña un papel importante en su teología, filosofía y metafísica. Tomar la tri-murti, o "tres formas," de lo absoluto: los dioses Brahma, Vishnú y Shiva. O tri-loka, o "tres mundos", de infierno, el cielo y la tierra. Por último, está la tri-guna, o "tres aspectos": las fuerzas que componen la sustancia del mundo material.
Se cree que el universo está compuesto de diferentes proporciones de las gunas. Mientras que se las describe como entidades separadas, es mejor pensar en la gunas como categorías de ondas repartidas en un amplio espectro, como la luz o el sonido. En un extremo del espectro está tamas (oscuridad), que es la inercia o pesadez. Su polo opuesto es sattva, que no se puede traducir precisamente pero se define de diversas formas "existencia", "esencia espiritual", "a Dios," y "conciencia". Sattva es el aspecto de la cuestión más cercano en la naturaleza al Ser Divino. La fuerza motriz detrás de estas dos es rajas (color), que es la energía en bruto o pasión.
Las gunas se utilizan para caracterizar y entender los objetos naturales o fenómenos. Por ejemplo, un bloque de granito es predominantemente tamásico, un tornado rajásico y sáttvica es la luz solar. Pero lo interesante en yoga, es que la conciencia humana también se considera un proceso material. Esto significa que nuestros Estados de ánimo transitorios y personalidades más permanentes se caracterizan generalmente de acuerdo con las gunas. Probablemente en ocasiones te has sentido tamásico — es decir, oscuro y pesado, y seguro debes conocer algunos tornados humanos desaforados o rajásicos que nunca pueden sentarse y concentrarse. Incluso podrías conocer a alguien que es muy tranquilo y claro o perspicaz, y más probable es que sea el profesor de yoga (sáttvicos).
Las gunas también pueden aplicarse a nuestra práctica diaria. Algunos días estamos tan pesados como una roca; otros días estamos revolucionados. Existen también, esos raros días en los que flotamos sáttvicamente a través de nuestra práctica. Textos tradicionales sugieren que cultivamos nuestra naturaleza de sáttvicos, a expensas de tamas y rajas. Pero creo que es mejor cultivar un balance de las tres gunas, para que al mismo tiempo, estemos tamásicamente a tierra para la tierra, rajásicamente apasionados por nuestro trabajo y sáttvicamente alcanzar nuestro objetivo, que es la realización de nuestro auténtico yo.
Richard Rosen, que enseña en Oakland y Berkeley, California, ha escrito para la revista Yoga Journal desde la década de 1970.
Traducido por Juan Manuel Figueroa del artículo publicado en Yoga Journal.
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